miércoles, 26 de septiembre de 2012

CLAVES PARA MEJORAR UN PRODUCTO

Para que tu proyecto funcione y se convierta en un negocio que te encamine a una futura gran empresa, basta con observar a la competencia y a quienes vinieron antes que tú, para aprender de éstos. Además, claro, de tener una idea y un buen plan de negocios.
¿Por qué la competencia? Muy simple. En primer lugar, observando el entorno, actual y pasado, puedes reconocer errores que deberás evitar o superar. Y lo más importante, puedes crear un producto mejorando otro ya existente, sólo con agregar lo que falta para complacer a la demanda.
Este mismo procedimiento te servirá de manera interna, cuando ya hayas iniciado tu negocio pero no estés consiguiendo los resultados deseados con tu producto. Pues si estás fallando no será necesario que inventes otro, sino que podrás analizar y crear un plan para mejorar el que ya tienes.
Aquí te mostraremos cuatro pasos para realizar ese ajuste que necesitas:
1. Segmenta. El famoso comediante Bill Cosby, dijo una vez: "No sé cuál es el secreto del éxito, pero conozco el secreto del fracaso y ése fue tratar de agradar a todo el mundo". Es imposible agradar a todo el mundo y tampoco es posible venderle a todo el mundo. Por tal motivo, lo más recomendado puede ser acotar tu mercado, identificar tu producto como un producto para marketing de nichos y publicitarlo en forma acorde.
2. Consulta a tus clientes. Probablemente hayas omitido considerar la solución más obvia de todas que es simplemente preguntar a tus clientes qué es lo que piensan. Craso error, pues son ellos los usuarios finales del producto o servicio que vendes. Nadie sabe mejor cómo mejorar un producto que los propios clientes, las personas que lo están utilizando.
3. Analiza la competencia. Dedica esfuerzo a analizar el producto o servicio que ofrecen tus competidores. Identifica sus debilidades y fortalezas. Averigua qué es lo que tus competidores no pueden o no quieren hacer, o lo que simplemente no harán, y ponte a hacerlo tú mismo.
4. Revisa los precios. ¿Estás vendiendo tu producto a un precio correcto? La fijación de un precio muy bajo hace que las personas piensen que el producto no es bueno; la fijación de un precio muy elevado, desalienta la compra.

. Estar alerta para detectar nuevas oportunidades.
Estar atento, analizar en detalle todas las oportunidades, evaluar los elementos a favor y en contra y pedir consejos, son algunas de las particularidades que debe cumplir cualquier empresario por más pequeño que sea su negocio.
“Aprovechar las oportunidades no es cuestión de suerte, sino de un esfuerzo continuo y análisis de la situación”.
Se trata de un desafío constante a enfrentar el miedo al fracaso, a quedar en una situación peor a la actual. Para superar esto, es necesario estar dispuestos a asumir algún tipo de riesgo, que en el futuro puede verse sobrepasado por los beneficios.
Estar alerta nos permite predisponernos para la acción. Como el éxito no pasa por lo que decimos, sino por lo que hacemos, debemos estar atentos para actuar. Oportunidades en la vida de los emprendedores y empresarios sobran, lo que a veces hace falta es detenerse por un momento a definir en qué negocio de todos los que llegan debo entrar. No todas las oportunidades son rentables y en este sentido, guiarse por la visión y capacidad de interpretación, a veces suele jugar una mala pasada. Quizás un análisis preliminar de las variables financieras críticas puede ayudar en la decisión de tomar o no el negocio.
2. Determinar lo que verdaderamente necesita el cliente.
Aprender de los clientes permite ofrecer calidad, servicio y confiabilidad, marcando una diferencia con los competidores. Para ello, es necesario realizar estudios previos de mercado, con el fin de recopilar, registrar y analizar datos en relación con el segmento específico (target) al cual la empresa ofrece sus productos o servicios.
Es muy importante conocer en forma directa al cliente, especialmente en los aspectos relacionados al producto, el precio que está dispuesto a pagar, la presentación, distribución y frecuencia de consumo. Pueden realizarse encuestas, entrevistas o focus group, con el fin de averiguar lo que verdaderamente están necesitando hoy sus clientes. Tomemos como ejemplo la mejora introducida en los envases de agua Ser. A partir de encuestas a sus clientes, la empresa detectó que los envases plásticos tradicionales resultaban incómodos para servir el producto, lo que puede significar un menor consumo. Se introdujo entonces, un cambio en el envase tradicional, con un perímetro menor a la circunferencia del cilindro, aumentando de esa manera la tasa de consumo. Esta innovación en el producto ha sido imitada por otros fabricantes de bebidas.
3. Centrarse en lo que mejor hace y construir objetivos claros y alcanzables.
“Tener en claro la misión de la empresa, orientar los esfuerzos a lo que mejor hace y comunicarlo a quienes trabajan en ella, resulta fundamental para el éxito de la misma”.
Los objetivos son los puntos intermedios de la misión. Es el siguiente paso para determinar el rumbo de la empresa. En los objetivos, los deseos se convierten en metas y compromisos específicos, claros y ubicados en el tiempo. Así, la misión deja de ser una intención para convertirse en una realidad concreta. Los objetivos deben ser capaces de responder a las siguientes preguntas: ¿qué?, ¿cómo?, ¿quién? y ¿cuándo? Además, deben ser alcanzables en el plazo fijado, proporcionar líneas de acción específicas, ser medibles y entendibles. Muchas veces, en la toma de decisiones del día a día, orientamos las acciones de los negocios a cuestiones que se alejan demasiado de los objetivos establecidos. Si la determinación de objetivos ha sido elaborada pensando en un horizonte de mediano plazo, no debiéramos evitarlos tan fácilmente, sino validarlos en términos estratégicos.
4. Negocio orientado a la calidad
La calidad es una valoración subjetiva que las personas perciben o asignan a un producto o servicio, teniendo en cuenta el grado de cumplimiento de las necesidades y expectativas planteadas. Hoy, un producto que no tiene un valor adecuado para el consumidor, produce un valor económico negativo a la empresa, independientemente de lo productivo que resulte su fabricación. Si el cliente no valora un atributo del bien o servicio que brindamos, difícilmente estará dispuesto a pagarlo y en consecuencia, hemos dedicado recursos (dinero, tiempo, etc.) a producir algo que el cliente no está dispuesto a pagar en la medida que no le genera un beneficio concreto.
La calidad es uno de los factores básicos de decisión del cliente. Ha llegado a ser el elemento clave a la hora de determinar el éxito de un negocio. Estar a la par de nuestros clientes, escucharlos, entenderlos y ofrecerles productos o servicios de la calidad que ellos requieren, constituye una ventaja en las empresas actuales.
5. Comunicar las ventajas competitivas
Todo producto o servicio debe ir encaminado a la satisfacción de una necesidad o a la solución de un problema para el público objetivo. Si se cumple con ello, los productos y servicios de la empresa poseerán ciertas características particulares, distintivas, que los diferenciarán de otros similares.
Las ventajas competitivas son peculiaridades del producto y/o servicio que lo hacen especial. En este sentido, es indispensable desarrollar ventajas competitivas concretas para el cliente, que le darán sustentabilidad al negocio en el largo plazo.
Una vez definidas las ventajas competitivas, habrá que buscar cómo fijarlas en la mente de los clientes potenciales y es aquí donde la comunicación comienza a jugar un rol clave. La mente del cliente potencial y actual debe ser el blanco de todas las acciones comunicacionales de la compañía, es el lugar adecuado para apuntar todos los mensajes que se envíen con el objeto de brindar información sobre el producto, empresa, etc.

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